08 septiembre, 2006

Rosslyn Chapel

En 1307, una bula papal acababa con la existencia de los templarios, la mítica orden surgida con la finalidad de proteger a los peregrinos en sus viajes a Tierra Santa y que llegó a alcanzar tal poder y riqueza que se transformó en un peligro para las monarquías europeas medievales.

Maestres y freires de todas las nacionalidades fueron encarcelados e interrogados, acusados de los peores crímenes y llevados al patíbulo. Pese a ello, no consiguió encontrarse nunca el legendario tesoro que se decía habían acumulado los caballeros del Temple, así como los archivos secretos de la orden.

Existen numerosas tradiciones que indican la posibilidad de que éstos fueran evacuados en barcos por templarios fugitivos y puestos a salvo en tierras escocesas, donde la orden siguió siendo un grupo de poder, oculto bajo los mantos de la Orden de San Juan, nacida a raíz de la desaparición del Temple y heredera de sus posesiones terrenales.

Entre estos defensores del Temple destaca la figura de Sir William St. Clair, Tercer Príncipe de las Órcadas y jefe de la familia St. Clair, uno de los hombres más poderosos de Escocia durante el siglo XV y entre cuyos méritos destaca la construcción de la capilla Rosslyn.

Proyectada inicialmente como Colegiata, Rosslyn Chapel quedó reducida a una pequeña capilla dada la complejidad de su decoración. Cuarenta años fueron necesarios para construir lo que aún hoy puede contemplarse, y fue la muerte de su fundador, en 1484, la que impidió llevar a cabo el gran templo proyectado.

Maestros artesanos, carpinteros, vidrieros y talladores vinieron de los más apartados rincones de la cristiandad para hacer realidad el deseo de Sir William: reproducir el Templo de Salomón de Jerusalén en tierras escocesas. Pese a no haberlo logrado en su totalidad, lo construido fue suficiente para despertar el interés de generaciones sucesivas de visitantes, que veían en sus esculturas las huellas de un mensaje que esperaba ser desvelado.
La capilla, se encuentra a unos 10 kms de Edimburgo, en las afueras del pueblecito de Rosslyn, rodeada por la campiña escocesa, el valle de Rosslyn Glen y el castillo que lleva el mismo nombre.
Lo cierto es que no hay un solo centímetro sin tallar, y que, hasta la fecha, no toda la compleja simbología ha sido descifrada. A pesar de ser considerada morada y monumento de idólatras, la capilla consiguió salvarse de la furia destructora de la Reforma Protestante gracias a los vínculos entre el legado templario y la masonería de la que fue gran maestro el mismo Oliver Cromwell. Sin embargo, su protección no impidió que en 1650 su caballería, a la orden del general Monk, la usara como establo.
La recuperación de Rosslyn empezó a principio del siglo XIX gracias a los poetas William y Dorothy Wordsworth, y sobre todo gracias a Walter Scott, que le dedicó una oda. Su éxito entre los intelectuales de la época fue tal que Louis Daguerre, inventor del daguerrotipo y precursor de la fotografía, la reprodujo en uno de los dioramas de su invención que, entre 1824 y 1835, recorrieron Europa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Místico...muy místico...hubo trance? ;P.
tiene muy buena pinta, en serio.

Anónimo dijo...

ABSOLUTAMENTE INCREÍBLE, CREO QUE TENGO QUE IR Y VERLO CON MIS PROPIOS OJOS. APABULLANTE

liquorpuris dijo...

siiiiii! id y vedlo...que por foto pierde mucho ;P