09 noviembre, 2007

Auschwitz I - Oświęcim

La verdad es que no se muy bien que comentar en esta entrada. Reconozco (aunque sea un tanto banal) que la II GM era para mi sólo un poco más que un tema de un libro de historia y que la visita a Auschwitz en este viaje era "obligada", debido a lo cercano que se encuentra el lugar de la ciudad de Cracovia (unos 60kms). Me despertaba curiosidad ver que habrían hecho con todo aquello que allí quedaba y la verdad es que me impresionó. Auschwitz I se ha convertido en un museo, una recreación y en cierta forma un homenaje a miles de muertos donde se pretende mantener viva de forma muy consciente y de lectura fácil para los visitantes la memoria histórica de un tiempo y un lugar que realmente no está tan alejado de ti mismo como pensabas, y por ello, de un modo u otro, te hace descubrir como en tu propia cara se dibujan al menos rasgos de incredulidad durante la visita y que os aseguro, deja resaca...porque llega un momento en el que sientes que Auschwitz no es un lugar en el mapa.


Al entrar: "El trabajo os hará libres"



El complejo de campos de concentración de Auschwitz fue el más grande que creó el régimen nazi. Incluía tres campos principales; en todos ellos los prisioneros eran utilizados para realizar trabajos forzados. Al igual que la mayoría de los campos de concentración alemanes, Auschwitz I fue construido para cumplir tres objetivos: encarcelar por un periodo indefinido a los enemigos (reales o presuntos) del régimen nazi y de las autoridades de la ocupación alemana en Polonia; suministrar mano de obra forzada para las empresas de construcción de la SS (y luego para la producción de armamentos y otros elementos bélicos); y tener un lugar donde eliminar físicamente a pequeños grupos escogidos de la población, cuya muerte las autoridades de la SS y de la policía consideraban esencial para la seguridad de la Alemania Nazi.


Auschwitz I recluía algo más de medio millar de presos. El campo fue utilizado inicialmente para internar miembros de la resistencia e intelectuales polacos, más adelante llevaron allí también prisioneros de guerra soviéticos, prisioneros comunes alemanes, elementos antisociales y homosexuales.

Garita de vigilancia

Pabellones


Durante los años de operación del campo, muchos prisioneros intentaron escapar. La pena aplicada por intento de fuga era generalmente la muerte por inanición en unas celdas de castigo donde apenas cabía una persona sentada y sus familias eran arrestadas e internadas en Auschwitz para ser exhibidas como advertencia a otros prisioneros.


Homenaje a judíos exterminados

El diseño de campos estaba muy depurado en esa fecha. Los alemanes poseían en el territorio del Reich todo un sistema penitenciario que funcionaba a pleno pulmón. Todo estaba ya inventado. La disposición de los barracones, las jerarquías internas, la organización de los guardias.

Celda

Habitación

Despacho

El descubrimiento del Zyklon B fue fortuito. El comandante Höss se encontraba fuera del campo, y a su lugarteniente Fritsch se le ocurrió que podía aplicarse a los humanos un insecticida utilizado para combatir las frecuentes plagas. Auschwitz estaba situado en una zona húmeda, drenada por dos ríos, que en verano se llenaba de mosquitos y todo tipo de insectos. La nula higiene de los prisioneros y la abundancia de cadáveres hacía, además, que este problema se multiplicase. Los guardias los combatían con ácido prúsico cristalizado, un compuesto sólido envasado en latas. La perturbada lógica de Fritsch le llevó a pensar que era un método óptimo de acabar con grandes cantidades de personas de un golpe, limpiamente, sin mancharse de sangre y, lo mejor, sin tener que mirarles a la cara. A su regreso, Höss recibió la idea con agrado, y puso en marcha la primera cámara en los sótanos del Bloque 11. Habían dado con la ejecución perfecta, y así se lo hicieron saber a Himmler, que quedó encantado.



Almacén de Zyclon B



Muro de la Muerte


Como la mayoría de los otros campos de concentración, Auschwitz I contaba con cámara de gas y crematorio. En un comienzo, los ingenieros de la SS construyeron una cámara de gas improvisada en el sótano del edificio de la prisión, el Edificio 11. Luego se construyó una cámara de gas permanente, más grande, como parte del crematorio original, en un edificio independiente fuera del recinto donde se encontraban los prisioneros.


Crematorio

Interior del crematorio


Horno crematorio


1 comentario:

Anónimo dijo...

Se me acaba de atragantar todo.