15 noviembre, 2007

Auschwitz II - Birkenau

Auschwitz II se encuentra tan solo a 3kms del anterior campo y nada más llegar pensé en una palabra: "megalomanía". Por la puerta del campo entra la vía del tren que va directamente al crematorio, para que os hagais una idea de las distancias a pie, atravesar este trayecto me llevó un cuarto de hora y rodear medio campo, una hora, y a paso muy muy ligero. Aquí ya no se ocultaba nada, los crematorios estaban integrados dentro del campo y a los prisioneros cuando entraban se les avisaba que la única forma que tenían para escapar de allí, era por el humo de las chimeneas.


Entrada a Birkenau

Fin de la vía del tren, al lado del horno

La construcción se inició en 1941 como parte de la Endlösung (solución final). El campo tenía una extensión de 2,5 km por 2 km y estaba dividido en varias secciones. Los campos, al igual que el complejo entero, estaban cercados y rodeados de alambre de púas y cercos eléctricos que algunos prisioneron aprovechaban para suicidarse.
El objetivo principal del campo no era el mantener prisioneros como fuerza laboral (como era el caso de Auschwitz I y III), sino más bien el exterminio. Para cumplir con este objetivo, se equipó el campo con 4 crematorios con cámaras de gas. Cada cámara de gas podía recibir hasta 2.500 prisioneros por turno. Pero los crematorios no daban para tanto, de ahí las típicas fotos de montañas de muertos.

Para evitar el pánico, se les informaba a las víctimas que recibirían allí una ducha y un tratamiento desinfectante. La cámara de gas inclusive tenía tuberías para duchas, si bien nunca fueron conectadas con el servicio de agua. Se les ordenaba a las víctimas que se desnudaran y dejaran sus pertenencias en el vestidor, donde supuestamente las podrían recuperar al final del tratamiento, de manera que debían recordar el número de la ubicación de sus pertenencias. Una vez sellada la entrada, se descargaba el Zyklon B por las aperturas en el techo. Las cámaras de gas en los crematorios IV y V tenían instalaciones en la superficie y el Zyklon B se introducía por ventanas especiales en las paredes. Una vez arrojado el Zyklon B se esperaba unos 25 minutos y se observaba en una mirilla la ausencia de actividad, se procedía a evacuar y ventilar el recinto y se retiraban los cuerpos a un sector para una revisión final. En esta revisión se les extraían los dientes postizos de oro, anillos, pendientes u otros objetos y se revisaban los orificios corporales en busca de joyas.

Cada una de esas chimeneas pertenece a un barracón destruido



Los barracones fueron diseñados tomando como ejemplo los establos nazis, y allí, en un espacio en el que cabían 50 caballos hacinaban a 400 personas. Además hay que tener en cuenta que Birkenau es una zona cenagosa y en los barracones no había suelo, con lo cual las infecciones debido a la falta de higiene estaban a la orden del día.


Interior de un barracón

Lago donde se esparcían parte de las cenizas


La verdad es que Birkenau me impactó muchísimo. En la visita a Auschwitz I, podrías llegar a pensar, por lo recogido y alejado que estaba, que era un micromundo donde alguien había sufrido una locura transitoria y había contagiado a los demás y bueno...pues se había cargado a unos cientos de personas. Pero aquí en Birkenau, en un espacio tan abierto (y he de decir que muy bello por los lagos y árboles que lo rodean) todo esta hecho a lo grande, de forma muy meditada y tan fría que se asemeja al trabajo en serie de una fábrica...En serio, un millón de muertos en estas circunstancias, da mucho que pensar.

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