09 noviembre, 2008

Vaticano

Lo primero que se me viene a la memoria al ver estas fotos es "que horror"...entrar en el Vaticano ese día fue toda una odisea, las colas y los controles eran terroríficos (como en el aeropuerto, pero con más gente!)...supongo que sería porque estaba el Santo Padre dando una misa en la Plaza de San Pedro. Solo sé que una vez que entré, me quería ir...así que aprovechamos para ir a buscar un puesto de correos y mandar las postales. Así que ya sabeis, si no quereis asistir a una audiencia general del Papa, evitad ir un Miércoles a la mañana al Vaticano.

La plaza de San Pedro es impresionante. Me imagino la sensación que debería ser llegar allí después de callejear por estrechas calles medievales y de pronto encontrarte con un espacio tan inmenso sin esperarlo. Pena que el amigo Mussolini decidiera acabar con la idea de Bernini, haciendo una megalómana avenida de acceso.
140 santos custodian la plaza


La Basílica de San Pedro, impresiona por su tamaño (es la segunda más grande del mundo) más que por su belleza (esto es una impresión personal, eh!).
Arquitectos como Bramante, Rafael y Miguel Ángel participaron en esta obra que conmemora el martirio de San Pedro de una forma muy discreta (ya se sabe -como no paraba de repetir Antón-los votos de pobreza del clero...:P)

Estatuas de Cristo y los Apóstoles en la fachada de la Basílica

Entrada a la Catedral de San Pedro

Interior de la Basílica

Que pequeñita se ve la gente ;P

La Piedad de Miguel Ángel (tras un cristal, of course)

Estatua de San Pedro. Los peregrinos acarician su pie derecho al pasar delante de ella desde hace siglos como señal de fidelidad al Papa, con lo cual os podeis imaginar lo desgastado que está eso que en su día fue un pie tallado...

El famoso baldacchino de Bernini (fabricado con bronce extraído del Panteón) bajo la cúpula central de Miguel Ángel, cubre la tumba de San Pedro.


Uuuuh, esta no se me ha colado...tenía que poner una foto de la Guardia Suiza! ;P

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buf, pues yo fui en semana santa, así q imagínate. Apenas cabíamos en la plaza de San Pedro, y lo de ver la basílica y los museos... naranjas de la china.
María