Fué Bosch (esta vez Vicente, aunque podría haber sido Hieronymus) el que le puso cara humana al mono que anunciaba su bebida anisada allá en Badalona hacia finales del XIX.
Vicente fue uno más de los tantos que no se creyó la teoría de la Evolución de las Especies de Darwin. Vicente que además de incrédulo era un simpático, un buen día decidió sustituir el etiquetado habitual que rodeaba la botella de su licor por el que hoy conocemos, en la que el simpático monito se nos presenta con la cara cariturizada del excelentísimo Carlitos Darwin y como no podría ser de otra forma el homínido científico, botella en mano y periodico en otra anuncia: "Es el mejor, la ciencia lo dijo y yo no miento".
Esto es verdadera cultura de bares!
3 comentarios:
si te intera el tema te dire además que la caracteristica botellita no la pensó como instrumento musical navideño (acompañado de una cucharilla).
Sino que plagio un bote de pefume frances (a mayor tamaño) que l gustó.
este fulano era un guasón! lo dicho, cuanto (y que bien) sabes primo
increible, ble. Así que el careto del mono del anís es el del amigo Darwin!!! La leche. Hasta me va a empezar a gustar el bebedizo ese.
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