Subiendo unas escondidas escaleras dimos con la basílica de San Pedro Encadenado. Este templo se construyó en el siglo V para albergar la reliquia de las cadenas con las que ataron a San Pedro durante su encarcelamiento en Jerusalén.
Altar con la reliquia
Relicario con las cadenas
Otro de los atractivos (que fue el que me llevó hasta allí) es que se encuentra el Moisés de Miguel Ángel. Y aprovecho para dar un aviso: la iglesia está oscurísima y para iluminar la obra tienes una maquina donde debes meter uno de esos donativos obligados si quieres ver el conjunto escultórico, tras ello se (mal)ilumina durante unos segundos y hala, ya puedes aprovechar para sacar alguna foto...
Y por donde vinimos...nos fuimos ;P
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